Si me quieres...
no me lo digas todavía,
deja que el encanto
siga surcando el momento
de las horas compartidas.
Si me quieres...
no me lo digas todavía,
quiero seguir disfrutando
el silencio de tu compañía.
Si me quieres...
no me lo digas todavía,
deja que tus ojos lo hagan
y que reflejen tu alma
y lo que en ella habita.
Si me quieres...
grítalo al viento
que agitando el fuego
encenderá la llama
que nos dará vida.
Y... si no me quieres...
no me lo digas todavía,
el tiempo se encargará
de apagar el fuego,
de esconder las ganas,
de transformar el sentimiento.
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