Hay días melancólicos, lo sé.
Y días en que en paz transcurre el alma
porque Jesús sus ojos clava en mí.
Un leve aroma de jazmín que se abre
al viento va al encuentro de un cantar
que pasa. ¡Ay si supiera las razones
de las pequeñas flores, de los pinos,
de aquel tendido cielo sobre el ave
nocturna que a otras llama con chistidos!
Me cuesta el mundo a veces pero encuentro
que aún ligera de las cargas voy
por los caminos que otra gente anduvo
tan triste, tan cansada y cabizbaja.
Me place esta mañana silenciosa.
Pasaba yo al infierno acostumbrándome.
Y ahora me habitúo ya a los cielos.
Y días en que en paz transcurre el alma
porque Jesús sus ojos clava en mí.
Un leve aroma de jazmín que se abre
al viento va al encuentro de un cantar
que pasa. ¡Ay si supiera las razones
de las pequeñas flores, de los pinos,
de aquel tendido cielo sobre el ave
nocturna que a otras llama con chistidos!
Me cuesta el mundo a veces pero encuentro
que aún ligera de las cargas voy
por los caminos que otra gente anduvo
tan triste, tan cansada y cabizbaja.
Me place esta mañana silenciosa.
Pasaba yo al infierno acostumbrándome.
Y ahora me habitúo ya a los cielos.
4 comentarios:
Se disfruta la armonía de la creación entre tus versos.
Un abrazo
Que bonitos versos como una simple oración... me ha encantado...
Juan José Cautivo
Buen poema.
Tienes buen criterio selectivo eh?
Besos.
Gracias Xavi!
me alegran tus palabras....
Besos.
Publicar un comentario