Aléjate de mí.
Mas sé que, para siempre,
he de estar en tu sombra.
Ya nunca, solitaria,
irguiéndome en los mismos umbrales de mi vida
recóndita,
podré gobernar los impulsos
de mi alma, ni alzar la mano como antaño,
al sol, serenamente,
sin que perciba en ella
lo que intenté hasta ahora apartar:
el contacto
de tu mano en la mía.
Esta anchurosa tierra
con que quiso alejarnos el destino,
en el mío
deja tu corazón, con latir doble.
En todo lo que hiciere o soñare
estás presente, como
en el vino el sabor de las uvas. Y cuando
por mí rezo al Señor, en mis ruegos tu nombre
escucha y ve en mis ojos mezclarse
nuestras lágrimas.
Versión de Màrie Manent
he de estar en tu sombra.
Ya nunca, solitaria,
irguiéndome en los mismos umbrales de mi vida
recóndita,
podré gobernar los impulsos
de mi alma, ni alzar la mano como antaño,
al sol, serenamente,
sin que perciba en ella
lo que intenté hasta ahora apartar:
el contacto
de tu mano en la mía.
Esta anchurosa tierra
con que quiso alejarnos el destino,
en el mío
deja tu corazón, con latir doble.
En todo lo que hiciere o soñare
estás presente, como
en el vino el sabor de las uvas. Y cuando
por mí rezo al Señor, en mis ruegos tu nombre
escucha y ve en mis ojos mezclarse
nuestras lágrimas.
Versión de Màrie Manent
2 comentarios:
Una despedida que sin embargo se lleva adherida tu esencia .. Precioso ... Gracias
Un sonoro y dulce beso
Gracias a ti aris, por tu compañía en este mar....
Otro beso para ti.
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