Fallezco en el intento de tocarte,
amor de tierra, espacio y piel,
porque este viento sólo habla de tormentas
y sombras que se rompen en pedazos.
Soy el beso virgen que prendido de tus ojos
hace florecer todos sus campos;
soy esa mujer, eternidad que yerra sola
por la sombra, amor de manos ciegas.
Y tú, doliente rama de hojas transparentes,
mil promesas, mares, cerros y collados.
Quiero cubrirme toda con tu cielo
para desvestir mi piel inmóvil.
Ven...desordena mi corazón,
y mitiga el hondo sin fin de mi tristeza.
Amor efímero y eterno
que se desploma en el adiós.
Seremos sombra y olvido
tomados de la mano,
dos almas que lloran
en la oquedad del pensamiento.
Tan libres,
tú en el viento, yo en el secreto del mar;
tú en los llanos y las sierras,
yo en los hilos del sol y en los acantilados.
Fallezco en el intento de tocarte.
Amor efímero y eterno,
el más puro, el más pequeño.
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