Qué lástima que duermas
y se interrumpa el diálogo
y no sientas mi beso
en tus ojos cerrados.
Qué lástima tu infancia
así truncada,
ese tiempo sin tiempo
a medio abrir
por el que ya empezaba
a vislumbrarte.
Mañana todo habrá cambiado:
otra vez hablándonos
de lejos
desde nuestras esquivas
soledades.
Qué lástima
los signos de mi amor,
mis apretados círculos
de miedo
que no sé si entendiste.
1 comentario:
El amor se esconde en silencios, gestos, murmullos, que quizás no siempre entiende la otra persona. Estoy seguro de que estos versos llegarían directamente al corazón, sin necesidad de comprender nada, solo sintiendo, sintiendo.
Besos.
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