Eres Reina que exige la cordura como tributo
de todo visitante a los dominios de tu corazón,
eres Mar donde naufraga el compromiso
y eres Sol que enciende y abraza la pasión.
Mujer fatal, niña traviesa,
dulce compañera, amiga fiel;
dueña de una increíble belleza
tan enorme como la bondad de tu ser.
Cual Ángel de la Guarda me acompaña
la sensación de aquel místico abrazo,
que en un instante con aquellas lágrimas,
nuestras almas en una eternidad fundió...
Recuerdo que sin motivo pediste perdón.
Recuerdo que... ¡Te amé con todo mi corazón!
Dios me quiere de ti separado,
tremendo castigo cruel,
será el pecado de haberte amado
tanto o más que a mi vida,
tanto o más que a Él.
He buscado el sabor de tus labios en otros labios,
he buscado el calor de tu cuerpo en otra piel,
ya no lo intento... ya no me engaño...
Este amor inevitable... ¡Por siempre te será fiel!