La luz cae como una hoja seca
para iluminarte todo...
estás largamente desnudo.
Otra vez tus dedos ansiosos
traspasan mi pecho
y el amor sube
y el amor sube
en sílabas de humedad
hasta mis senos.
Tus labios erizan el manto
de mi piel hecha de lunas,
mientras el
timbre de tu voz
pone sonido al viento.
Otra vez tú y yo,
campo y selva,
bebemos del olvido
en este
impulso de serlo todo,
con el deseo de extendernos
por encima
de la más alta pregunta,
para traspasar
las metas de los siglos.
Otra vez acortamos las rutas
para vernos y cerramos
el paso del,
tiempo.
Mañana la noche estará
vacía en tus brazos abiertos...
mi corazón se desprenderá
como una campana entre tus dedos.
Déjame amarte de nuevo,
y enterrar los miedos
en los astros
quietos.
Quiero arrancar
la tristeza,
y extraviarla
entre mis versos.
1 comentario:
Me encanta esa tristeza extraviada en los versos.
Besos.
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