A veces te quiero tanto
que te llamo sin hablarte
con ese silencio impenetrable,
el más ignominioso
de los silencios.
que te llamo sin hablarte
con ese silencio impenetrable,
el más ignominioso
de los silencios.
A veces tú no me quieres tanto
que me llamas impaciente
con aquel grito terrible,
el más fuerte de los silencios.
que me llamas impaciente
con aquel grito terrible,
el más fuerte de los silencios.
Y todas las paradojas
del mundo respetan la nuestra.
Y los dos seguimos
guardando silencio.
Y tú y yo nos queremos tanto.
del mundo respetan la nuestra.
Y los dos seguimos
guardando silencio.
Y tú y yo nos queremos tanto.